En el presente artículo hablaremos sobre el contrato verbal, como un contrato perfectamente válido, pero con ciertos defectos que podrían ser provechosos o perjudiciales.
Cuando te sientas delante de un asunto nuevo, tienes que pensar cómo lo vas a enfocar. Qué opciones tienes y cuál es la que podría contar con mayor posibilidades de éxito. Como es lógico.
Esta reflexión, obvia por otra parte, y este artículo, me vienen ahora a la cabeza como consecuencia de un reciente caso relativo a una demanda de desahucio por precario recibida por un cliente, y mal enfocada por el demandante-arrendador, por cuanto había o al menos se podía probar la existencia de un contrato verbal. leer más