Una persona, un voto.

500 238 Ricardo Gómez

Más proporcionalidad, más diputados… es lo que pretenden los nuevos partidos políticos mediante la modificación de la Ley Electoral, y con ello, el famoso sistema d´Hont de reparto de escaños por otro… ¿Más justo?

Víctor d´Hont. El artífice de nuestro actual sistema electoral, guste o no.

Víctor d’Hondt fue un reconocido jurista belga del siglo XIX, profesor de Derecho en la Universidad de Gante hasta que murió en el año 1.901. Antes, en 1.878, describió por primera vez el sistema d’Hondt de reparto de escaños, el método que se utiliza para calcular la representación parlamentaria en España y en muchos otros países.

La reforma de la Ley Electoral es el caballo de batalla de Ciudadanos y Unidos Podemos, las formaciones que más sufren el citado sistema d´Hont a la hora de convertir en escaños los votos obtenidos. Ambas formaciones tratan de convencer al bipartidismo (PP-PSOE) de la necesidad de un sistema más proporcional, en el que los votos valgan lo mismo, independientemente del territorio o circunscripción.

Esta pretendida reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, permitiría cambiar dicho sistema electoral sin necesidad de modificar la Constitución, por cuanto bastaría una mayoría absoluta de 176 escaños.

Los nuevos partidos son los más perjudicados por el sistema electoral, ya que el sistema d’Hondt, a pesar de ser un sistema proporcional, presenta distorsión entre los votos obtenidos y los escaños asignados. Este sistema conseguiría una mayor proporcionalidad si existiese una única circunscripción electoral, algo que no ocurre en España, donde cada provincia es una circunscripción.

Por ello, se busca otra fórmula que evite la distorsión entre los votos obtenidos y los escaños asignados. Y el que ahora suena como deseado, es el sistema Sainte-Laguë, que se aplica en Alemania, Noruega, o Dinamarca, y que garantizaría una mayor proporcionalidad que el sistema actual.

A continuación, vamos a ver por qué.

El actual, sistema d´Hont.

Se trata de un sistema electoral de cálculo proporcional mediante un método de promedio mayor.

Se basa en la división del número de votos emitidos para cada partido entre el número de cargos electos con el que cuenta cada circunscripción. Además, se establece una barrera para obtener representación: hay que lograr un mínimo del 3% del total de los votos.

Los escaños se reparten entre los cocientes más altos.

Vamos a verlo en un ejemplo práctico, en el que hemos decido repartir siete escaños, en función del número de votos obtenido por cuatro partidos:

El deseado: Método Sainte-Laguë.

El método Sainte-Laguë, también conocido como método «Webster» o método del divisor con redondeo estándar, es un método de promedio mayor para asignar escaños en sistemas de representación proporcional por listas electorales.

Los métodos de promedio mayor se caracterizan por dividir a través de distintos divisores los totales de los votos obtenidos por los distintos partidos, produciéndose secuencias de cocientes decrecientes para cada partido y asignándose los escaños a los promedios más altos.

Lleva el nombre del matemático francés André Sainte-Laguë (1882-1950).

La principal diferencia es que la división, en lugar de hacer sobre divisores consecutivos (1, 2, 3, 4, 5…), se hace sobre divisores impares (1, 3, 5, 7…). ¿La razón? Que se divide el número de votos entre el producto resultante de la siguiente ecuación: V/2s+1.

«V» es el número de votos de cada partido, y «s» es el número de escaños que ya se tiene (se arranca con s en valor 0).

Veamos un ejemplo práctico y observemos las diferencias (se reparten, al igual que en el ejemplo anterior, siete escaños, y el número de votos es el mismo):

Ahora, queda la barrera del 3%.

Sin embargo, la fórmula empleada para repartir los escaños, sea por este último sistema o el actual de d’Hondt, no es el único problema de nuestro sistema electoral.

La llamada barrera o umbral electoral excluye del reparto a los partidos que no consigan un mínimo de votos. En España, esta barrera está situada en el 3% en cada provincia para las elecciones al Congreso de los Diputados y al 5% para las elecciones municipales. En cuanto a las elecciones autonómicas varía según el territorio, entre el 3% y 5%.

Un claro ejemplo del obstáculo que esta barrera y la circunscripción provincial supone para algunos partidos de voto disperso, lo vemos en la siguiente imagen que publica el Partido Animalista-PACMA:

No obstante ello, y si bien esta cuestión podría ser más difícil de pactar, el hecho de modificar la fórmula, esto es, el cambio del sistema d´Hont por Sainte-Lagüe, sí que podría conllevar una mejora sustancial en proporcionalidad, como resulta a la luz de los ejemplos expuestos.

Sin tocar la cámara o la circunscripción. Sin cambiar los mínimos provinciales.

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Ricardo Gómez

Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto (2.007). Dentro de sus especialidades se encuentran el Derecho Civil, Mercantil y Bancario.

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