«Tengo una idea y quiero explotarla comercialmente». Esta necesidad es la que ha ido configurando toda una modalidad contractual, no solo para regular la transferencia de conocimiento, sino también para proteger a quien lo transmite.
Aunque en España no exista una regulación específica del contrato de cesión o licencia del know how, la propia mecánica del mercado ha ido definiendo las notas características de este contrato tan relevante en la era digital.